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Diccionario de Meteorología
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Términos generales
Por lo general, las nieblas se forman en las zonas húmedas, por un proceso de irradiación, a causa del enfriamiento nocturno del aire en contacto con el suelo, que provoca una inversión de temperaturas.
Las nieblas de advección se originan a consecuencia del paso de aire húmedo sobre una superficie fría, como ocurre en invierno por el contraste térmico entre el aire marítimo y el continente.
Poseen un intenso grado de condensación y abarcan grandes extensiones. Sobre las grandes superficies de agua se producen nieblas de evaporación, formadas por la adición constante de considerables cantidades de agua en forma de vapor.
La precipitación en forma de nieve se produce cuando la temperatura está por debajo de los 0°C, con lo cual los diminutos cristales que caen en cualquier precipitación acuosa no tienen ocasión de fundirse; sólo lo hacen superficialmente, mezclándose entre sí y dando lugar a los copos de nieve.
Formados por numerosas estrellas hexagonales cuyos brazos cuentan con multitud de ramificaciones, los copos caen lentamente, a una velocidad comprendida entre 30 y 80 cm/seg, siguiendo trayectorias helicoidales y arremolinándose cuando sopla el viento.
Las nubes se clasifican en altas (cirros, cirrocúmulos y cirroestratos), medias (altocúmulos y altoestratos) y bajas (estratocúmulos, estratos y nimboestratos), además de las nubes de desarrollo vertical (cúmulos y cumulonimbos), que son las que con mayor frecuencia provocan la lluvia. La aparición de las nubes y su evolución están íntimamente ligadas al movimiento de los frentes cálidos y fríos originados por los anticiclones y las borrascas.