Curso meteorología

7.1. Aire ártico, polar y tropical

Aire polar

Se llama aire polar al originario de las altas latitudes y que, en ocasiones, desciende hasta los trópicos. Este aire, que posee en sus inicios una temperatura muy baja, escasa humedad específica y una gran estabilidad, se calienta en la base durante su desplazamiento hacia el sur, haciéndose cada vez más “inestable”, lo que favorece el desarrollo de las nubes de convección, cúmulos y cumulonimbos, y cielos “variables” que lo caracterizan, por lo menos en las latitudes medias.

La visibilidad es buena, ya que la débil estabilidad vertical del aire no permite la concentración de humedad. La coloración extremadamente característica del cielo, a menudo verde pálido, permite casi con absoluta certeza, diagnosticar la presencia de una masa de aire frío.

Cuando el desplazamiento hacia el sur de este aire es rápido y directo, se le llama aire polar “directo”; en las regiones donde llega sólo a latitudes relativamente bajas después de un trayecto  más o menos largo, recibe el nombre de aire polar “indirecto” o de “regreso”. Cuando ha efectuado un largo recorrido a través del océano, permitiéndole cargarse de humedad, se convierte en aire polar “marítimo”, pero si se ha desecado en un largo recorrido por encima de un continente, se denomina aire polar “continental”.

En el aire polar indirecto y en el de regreso, se encuentran las características del aire polar directo más o menos atenuadas; la inestabilidad vertical es más débil.

Variaciones de la inestabilidad en el aire polar

Todas las causas que comportan un descenso de la temperatura en las capas inferiores de la atmósfera favorecen la disminución o desaparición de la inestabilidad, porque dichas causas disminuyen el gradiente térmico vertical de la masa de aire polar. Inversamente, las que aumentan su gradiente térmico vertical provocan un incremento de la inestabilidad.

Por ejemplo:

-En el aire frío, por la noche, la nubosidad disminuye y a menudo desaparece, puesto que bajo la acción de la radiación se enfrían las capas inferiores de la atmósfera. Esto explica la debilitación de las “colas” por las noches.

-Durante los períodos fríos, particularmente en invierno, los chaparrones son más numerosos en el mar y en las regiones costeras que sobre los continentes; la película de aire continental que los recubre provoca un suficiente descenso de temperatura en las capas bajas del aire polar, barriéndolas para que la inestabilidad resulte imposible. Esto explica la ausencia casi absoluta de “cola” en invierno en las zonas continentales.

-En verano aumenta la inestabilidad en los continentes fuertemente recalentados, mientras que es casi nula en el mar. Esto permite explicar las diferencias de estructura de las “colas” de los sistemas nubosos entre el mar y el continente.

Aire tropical

Es originario de las latitudes tropicales y llega frecuentemente hasta las latitudes medias. Este aire, desplazándose hacia el norte , se enfría por su base y se vuelve cada vez más “estable”. Por razón de su gran estabilidad, a su llegada a las regiones templadas va acompañado de nieblas, brumas o nubes estratificadas, (estratos o estratocúmulos), seguidas muy a menudo de lloviznas.

Si el aire tropical es de origen marítimo, posee una gran humedad específica, aportando nubes tormentosas. Si es seco (aire tropical sahariano), faltan las formaciones nubosas. En ambos casos , la visibilidad es escasa porque la gran estabilidad del aire permite la concentración de humedad a muy baja altitud.

La variación diurna de la nubosidad y las precipitaciones en el aire tropical es inversa a la de los mismos elementos en el aire frío; se observa, efectivamente, un mínimo durante el día y un máximo por la noche.

Entre el aire polar directo y el aire tropical típico, se encuentran masas de aire que presentan características intermedias. Una misma masa de aire puede presentar alternativamente las de aire polar y aire tropical , puesto que estos caracteres dependen de la trayectoria seguida (por ejemplo, contorneando por el sur el anticiclón atlántico).

Aire ártico

Merece unas observaciones particulares: originario del Océano Ártico, tiene siempre, por su fuerte densidad, un gran espesor, comprendido entre los 3 y  5 km. La base de su estratosfera desciende a veces por debajo de los  6 km. El aire ártico es particularmente inestable. Posee además propiedades eléctricas particulares y provoca casi siempre chaparrones y tormentas con granizo, lluvia o nieve.

Las masas de aire ártico van siempre acompañadas de grandes descensos de temperatura y de tempestades , a consecuencia de la turbulencia térmica y del incremento de la turbulencia dinámica. Van seguidas en general de una brusca subida del barómetro una vez pasado el frente. La visibilidad suele ser óptima, superior a los 30 km.

 

7.2. Superficies de discontinuidad

Las diversas masas de aire troposféricas no se desplazan a la misma velocidad, y además sus densidades son distintas. Generalmente están separadas por zonas de transición más o menos anchas, denominadas superficies de discontinuidad, o más simplemente “frentes”, marcados por las superficies en cuestión, de los cuales los más importantes son, para el Atlántico Norte y Europa:

-El frente polar, que separa las masas de aire polar del aire tropical.

-El frente ártico que separa las masas de aire polar del aire ártico.

Están constituidas por una sucesión de frentes cálidos y frentes fríos. La capa de transición corresponde a una zona de mezcla entre las dos masas de aire, mezcla provocada por un efecto de turbulencia a lo largo de la superficie de discontinuidad. Dicha turbulencia tiende a mezclar las dos masas de aire, provocando, en ausencia de causa conservación del frente, la lenta desaparición del mismo.

 

7.3. Centros de presión

Tal como ya se vio anteriormente, en las zonas de baja presión el aire es cálido y, por tanto, al ser más ligero asciende. Esto hace que el aire de las zonas circundantes se desplace en superficie hacia el centro  de las zonas de baja presión para llenar el vacío creado por el aire que se eleva. El aire que asciende se condensa formando nubes que provocan precipitaciones. Es una zona de “mal tiempo”.

Por el contrario, en las zonas de alta presión el aire es más frío y pesado, baja de las partes más altas de la troposfera, y hace un desplazamiento en superficie que le aleja del centro de altas presiones. En este caso, el aire que desciende se calienta progresivamente y apenas se forman nubes. Es una zona de “buen tiempo”.

Por otra parte hay que tener en cuenta el efecto de la rotación de la Tierra, que hace que estos desplazamientos se desvíen siguiendo una curva.

En el hemisferio Norte:

-En las zonas de los anticiclones el viento gira en el sentido horario.

-En las zonas de las depresiones el viento gira en el sentido antihorario.

En el hemisferio Sur se produce el fenómeno inverso.

Si la Tierra no se moviera, el viento seguiría una trayectoria rectilínea de las zonas de alta presión a las de baja presión.

 

7.4. Los frentes

Se denomina frente a la línea imaginaria que separa dos masas de aire de temperatura diferentes. Estas dos masas de aire tardan mucho tiempo en mezclarse, y eso origina numerosos fenómenos atmosféricos.

Hay tres clases de frentes: frente cálido, frente frío y frente ocluido.

 

7.5. Frente cálido

En este caso una masa de aire caliente empuja una masa de aire frío. El aire frío es más pesado y adopta una forma de cuña por debajo del aire caliente que asciende siguiendo la especie de rampa que constituye la línea frontal.

En la zona de contacto el aire caliente se enfría hasta condensarse y formar nubes que provocan precipitaciones. Los frentes cálidos  origina lluvias débiles pero continuadas. Las nubes asociadas son de tipo estratiforme. Los frentes cálidos se desplazan a una velocidad de 20 a 40 km/h.

 

frente calido CAPÍTULO 7. MASAS DE AIRE, FRENTES Y PERTURBACIONES
 

7.6. Frente frío

En este tipo de frentes una masa de aire frío empuja una masa de aire caliente. El aire frío, al ser más denso, avanza con rapidez por la superficie y hace elevar con fuerza el aire más cálido, que se enfría y se condensa formando nubes de tipo cumuliformes con un gran desarrollo vertical  que originan tormentas  intensas. Este tipo de frentes se desplazan a una velocidad de 40 a 60 km/h.
 
frente frio 1 1 CAPÍTULO 7. MASAS DE AIRE, FRENTES Y PERTURBACIONES

 

7.7. Frente ocluido

Tal como veremos más adelante, los frentes acostumbran a presentarse asociados a las depresiones de manera que encontramos el frente cálido delante del frío. Los frentes ocluidos se forman cuando un frente frío, al moverse más rápido, atrapa un frente cálido y se fusionan. Así, las dos masas de aire frío, las del frente cálido y la del frío, entran en contacto y permanecen en la parte más baja al ser más densos. El aire cálido es forzado a elevarse, se enfría y provoca precipitaciones intensas. Una vez arriba continúa el enfriamiento por contacto con el aire frío.

Los frentes ocluidos provocan al principio lluvias débiles y continuadas con nubosidad de tipo estratiforme, y posteriormente las lluvias se intensifican con la llegada de nubes de desarrollo vertical, que provocan tormentas. Esta estructura general es lago diferente según cual de las dos masas de aire frío que se han fusionado tiene la temperatura más baja. Si la más fría es la primera hay un predominio de las nubes estratiformes y las precipitaciones serán débiles pero continuadas. Si por el contrario, es la segunda, predominarán las nubes cumuliformes con chaparrones y chubascos.

 
frente ocluido CAPÍTULO 7. MASAS DE AIRE, FRENTES Y PERTURBACIONES
 

7.8. Los sistemas frontales

Tal como se ha explicado anteriormente, los frentes se encuentran asociados a las depresiones. Se llama sistema frontal un par de frentes, el primero cálido y el segundo frío, que van con una depresión.

El aire de las latitudes más altas de la Tierra es más frío que el situado en las cercanías del Ecuador. Generalmente las masas de aire se desplazan de oeste a este como consecuencia de la rotación de la Tierra, pero a menudo se originan ondulaciones en esta circulación, que hace que el aire frío avance hacia zonas más al sur  y al revés. En este momento, el aire cálido comienza a elevarse por la entrada de aire frío que es más denso y circula a la base de la superficie y se forma una zona de baja presión..

Además, las masas de aire a temperatura diferente no se mezclan, y se forma líneas imaginarias que separan estas masas de aire. Se forma así un sistema frontal, es decir, un frente cálido y uno frío, asociados a la depresión.

A medida que pasa el tiempo se produce la oclusión de los dos frentes, hasta que finalmente se fusionan en un frente único de tipo ocluido. Pocos días después la depresión y el frente se deshacen al haberse igualado las temperaturas de las diferentes masas de aire.

 

7.9. Perturbaciones atmosféricas: los ciclones

¿Qué es un ciclón?

Es el nombre genérico que se le da al viento huracanado que se traslada girando a gran velocidad, donde la presión disminuye en su interior y adquiere una circulación rotacional organizada en el sentido contrario a las manecillas del reloj en el hemisferio norte, y en el sentido opuesto en el hemisferio sur.

¿Qué es un huracán?

En forma sencilla, un huracán es un viento muy fuerte que se origina en el mar, remolino que se desplaza sobre la superficie terrestre girando en forma de espiral o acarreando humedad en enormes cantidades, y que al tocar áreas pobladas, generalmente causa daños importantes o incluso desastres.

Origen y evolución de un ciclón tropical

Como las temperaturas del mar tienen que estar a más de 27ºC, los ciclones tropicales se van a formar en diferentes lugares en diferentes meses del año, por lo general en la época más calurosa. Los huracanes ocurren en todas las áreas oceánicas tropicales excepto el Atlántico Sur y el Pacífico Sur. El huracán necesita mucho océano para cobrar fuerza y para nutrirse, y se mueve con la rotación de la tierra hacia el oeste. Eso implica que se va a formar en donde puedan correr sin ser interrumpido y debilitado por tierra firme.

Hay ondas tropicales formándose todo el tiempo, pero no todas tienen las condiciones y el espacio para cobrar fuerza.

 

ELEMENTOS PRESENTES PARA QUE SE FORME UN HURACÁN

Temperatura superior a 27ºC A esa temperatura, el agua del océano se está evaporando al nivel acelerado requerido para que se forme el sistema. Es ese proceso de evaporación y la condensación eventual del vapor de agua en forma de nubes el que libera la energía que le da la fuerza al sistema para generar vientos fuertes y lluvia.
Humedad Como el huracán necesita la energía de evaporación como combustible, tiene que haber mucha humedad, la cual ocurre con mayor facilidad sobre el mar, de modo que su avance e incremento en energía ocurre allí más fácilmente, debilitándose en cambio al llegar a tierra firme.
Viento La presencia de viento cálido cerca de la superficie del mar permite que haya mucha evaporación y que comience a ascender sin grandes contratiempos, originándose una presión negativa que arrastra al aire en forma de espiral hacia adentro y arriba, permitiendo que continúe el proceso de evaporación. En los altos niveles de la atmósfera los vientos deben estar débiles para que la estructura se mantenga intacta y no se interrumpa este ciclo.
Giro o ‘spin’ La rotación de la tierra eventualmente le da movimiento en forma circular a este sistema, el que comienza a girar y desplazarse como un gigantesco trompo. Este giro se realiza en sentido contrario al de las manecillas del reloj en el hemisferio norte, y en sentido favorable en el hemisferio sur.

 
Evolución de un ciclón tropical

Puede ser dividida en las cuatro etapas siguientes:

Primero se forma una depresión atmosférica, que se caracteriza porque el viento empieza a aumentar en superficie con una velocidad máxima (media en un minuto) de 62 km/h o menos; las nubes comienzan a organizarse y la presión desciende hasta cerca de las 1000 hpa (hectopascales).

Desarrollo (tormenta tropical):

La depresión tropical crece o se desarrolla y adquiere la característica de tormenta tropical, lo que significa que el viento continúa aumentando a una velocidad máxima de entre 63 y 117 km/h inclusive, las nubes se distribuyen en forma de espiral y empieza a formarse un ojo pequeño, casi siempre en forma circular, y la presión se reduce a menos de 1000 hpa. En esta fase es cuando recibe un nombre correspondiente a una lista formulada por la Organización Meteorológica Mundial (Comité de Huracanes). Antiguamente, cada ciclón se denominaba con el nombre del santo del día en que se había formado o había sido observado. Durante la Segunda Guerra Mundial se usó un código en orden alfabético para facilitar la rapidez de la transmisión con abreviaturas, (Abbler, Baker, Charlie, etc.); posteriormente, en 1953 el Servicio Meteorológico de los EUA adoptó el uso de nombres de mujer de esas abreviaturas en orden alfabético y en 1978, a solicitud de un movimiento feminista de los EUA, fueron también incluidos en esas listas nombres de hombre en los idiomas español, francés e inglés. Cabe aclarar que si un ciclón ocasiona un impacto social y económico importante a un país, el nombre de este ciclón no volverá aparecer en la lista.

Madurez (huracán):

Se intensifica la tormenta tropical y adquiere la característica de Huracán, es decir, el viento alcanza el máximo de la velocidad, pudiendo llegar a 370 km/h, y el área nubosa se expande obteniendo su máxima extensión entre los 500 y 900 km de diámetro, produciendo intensas precipitaciones. El ojo del huracán cuyo diámetro varía entre 24 a 40 km, es una área de calma libre de nubes. La intensidad del ciclón en esta etapa de madurez se gradúa por medio de la escala de Saffir-Simpson.

Disipación (fase final):

Este inmenso remolino es mantenido y nutrido por el cálido océano hasta que se adentra en aguas más frías o hasta que entra a tierra firme, situación ésta última en la que el ciclón pierde rápidamente su energía y empieza a disolverse debido a la fricción que causa su traslación sobre el terreno.

Características principales de los ciclones tropicales

Los ciclones tropicales constituyen una clase especial de grandes sistemas de vientos en rotación y poseen características únicas de circulación, completamente distintas de los sistemas ciclónicos típicos de latitudes medias y de los tornados de escala menor, de las trombas marinas y de los remolinos de polvo.

Los ciclones se forman y se intensifican cuando están situados sobre océanos tropicales o subtropicales en ambos hemisferios, en donde la fuerza de rotación de la tierra (Coriolis) es suficientemente fuerte para que se inicie el movimiento de rotación alrededor del centro de baja presión y cuyas temperaturas de agua a nivel de la superficie son de 27° C o más cálidas. Las regiones matrices no son estables en cuanto a su ubicación, ya que ésta obedece a la posición de los centros de máximo calentamiento marítimo, los que a su vez están influidos por las corrientes frías de California y la contracorriente cálida ecuatorial en el océano Pacífico, así como por la deriva de las ramificaciones de la corriente cálida del ‘Gulf Stream’.

Además, no se mantienen por sí mismos sobre tierra, independientemente de la temperatura superficial. Tienen un núcleo central cálido, se desarrollan en entornos de débiles cortantes del viento vertical y su parte central se inclina sólo ligeramente. Los vientos más fuertes se dan en los niveles bajos, donde el contacto con la superficie terrestre origina una fuerte disipación por rozamiento. Esta disipación aumenta con la potencia de orden dos de la velocidad del viento y por esta razón los ciclones tropicales pueden ser muy destructivos. El rozamiento introduce en el huracán limitaciones de masa; el flujo hacia el interior en niveles bajos se dirige hacia arriba en las nubes que forman la pared del ojo, rodeando primero el centro y yéndose luego hacia afuera en los niveles superiores. La circulación radial necesaria hacia adentro, hacia arriba y hacia afuera, precisa que las nubes que constituyen la pared del ojo mantengan un gradiente vertical condicionalmente inestable. Son una combinación notablemente complicada de procesos mecánicos, con procesos mixtos de temperatura y humedad. En estos procesos físicos se tienen interacciones de los sistemas nubosos con los océanos y con las superficies terrestres sobre las que se mueven estos ciclones tropicales.

Los huracanes de mayor intensidad mantienen en las paredes del ojo una convección más profunda; esto se realiza en primer lugar situando la mayor parte del calentamiento (condensación) en el núcleo interior justamente en la pared del ojo y, en segundo lugar, por las corrientes ascendentes de la pared del ojo en los niveles superiores.

El ojo del huracán

El ‘ojo’ es un área precisa circular de vientos relativamente livianos y de buen tiempo encontrado en el centro de un ciclón tropical severo. Aunque los vientos sean moderados en el eje de la rotación, los vientos fuertes pueden extenderse bastante hasta el ojo. Hay poca o ninguna precipitación y a veces se pueden ver el cielo azul o las estrellas. El ojo es la región de presión más baja en la superficie y de temperaturas más cálidas en su parte más alta – la temperatura del ojo puede ser más caliente de 10° C o mayor, en una altura de 12 km que el ambiente circundante, pero sólo 0-2° C más caliente en la superficie (Hawkins y Rubsam 1968) del ciclón tropical. Los ojos tienen tamaños de 8 km a sobre los 200 km de ancho, pero la mayoría son de aproximadamente 30-60 km en diámetro (Weatherford y Gray 1988).

El ojo está rodeado por la pared del ojo, el área circular definida de convección profunda que es el área de vientos más fuertes de superficie en el ciclón tropical. El ojo se compone de aire que se hunde y desciende lentamente, mientras la pared del ojo tiene un flujo ascendente en red como resultado de muchas ráfagas moderadas – ocasionalmente fuertes – ascendentes y descendentes. Las temperaturas calientes del ojo ocurren debido al calentamiento compresivo del aire que desciende en esa región. La mayoría de los sondeos tomados dentro del ojo muestran una capa húmeda en los niveles bajos, con una inversión arriba – que sugiere que el descenso de aire en el ojo típicamente no se extiende hasta la superficie del océano, sino que sólo llega hasta alrededor de 1-3 km de la superficie.

No se puede comprender completamente los mecanismos generales por los cuales se forman el ojo y la pared del ojo, aunque las observaciones han arrojado alguna luz en el problema. El ojo sereno del ciclón tropical comparte muchas características cualitativas con otros sistemas de vórtice tal como los tornados, trombas marinas, torbellinos de polvo y remolinos. Dado que muchos de éstos carecen un cambio de la fase de agua, puede ser que la característica del ojo es un componente fundamental de todos los líquidos rotatorios.

Otra característica de los ciclones tropicales que probablemente juega un papel en la formación y mantenimiento del ojo es la convección de la pared del ojo. La convección en los ciclones tropicales se organiza en bandas largas y estrechas de lluvia que se desplazan en la misma dirección del viento horizontal. Puesto que estas bandas parecen girar en espiral hacia el centro de un ciclón tropical, ellos son llamados a veces bandas espirales. A lo largo de estas bandas, el plano bajo de convergencia es máximo, y por lo tanto, el plano alto de divergencia es muy pronunciado en la parte superior. Se desarrolla una circulación directa donde el aire cálido y húmedo converge en la superficie, sube por estas bandas, se separa arriba, y desciende en ambos lados de las bandas. El hundimiento se distribuye sobre un área amplia en el exterior de la banda de lluvias pero se concentra en la pequeña área interior. Según el aire desciende, ocurre el calentamiento adiabático, y se seca el aire. Debido a que el descenso de aire concentra en el interior de la banda, el calentamiento adiabático es más fuerte hacia adentro de la banda causando un contraste agudo en los descensos de presión a lo largo de la banda ya que el aire caliente es más liviano que el aire frío. A causa de los descensos de la presión en el interior, los vientos tangentes alrededor del ciclón tropical aumentan debido al aumento en el gradiente de presión.

Este tema es indudablemente uno que puede disponer de más investigación para descubrir cuál mecanismo es el primario. Algunos de los ciclones tropicales más intensos exhiben paredes concéntricas del ojo, dos o más estructuras de pared del ojo localizadas en el centro de la circulación de la tempestad. Según se forma la pared del ojo interior, la convección que rodea la pared del ojo puede organizarse en diferentes anillos. Eventualmente, el ojo interior comienza a sentir los efectos del descenso de aire que resulta de la pared del ojo exterior, y la pared del ojo interior se debilita, para ser reemplazada por la pared del ojo exterior. El alza en la presión causado por la destrucción de la pared del ojo interior es generalmente más rápida que el descenso en la presión causado por la intensificación de la pared del ojo exterior, y el ciclón mismo se debilita por un período corto de tiempo.

Temporada de huracanes

Existe un patrón general más o menos constante, pero que puede variar según las condiciones meteorológicas.

En el Atlántico, Caribe y Golfo de México comienza el 1° de Junio de cada año, debido al calentamiento del agua durante el verano, y se extiende hasta el 30 de Noviembre, aunque puede haber huracanes todo el año (excepto Marzo). En el Golfo de México y El Caribe Occidental, por ser aguas más tranquilas, el calentamiento precede al resto, originándose allí los primeros sistemas ciclónicos de la temporada.

A medida que avanza el verano el sol se va desplazando a latitudes más boreales (hacia el norte) de modo que los huracanes se producen al norte del Caribe y se desplazan, merced al movimiento rotacional de la Tierra, hacia el Oeste, arribando frecuentemente a la costa Este de Estados Unidos después de haber pasado por los países caribeños, especialmente Puerto Rico, Cuba, Las Bahamas, etc. Primero llegan a  la costa de Florida y, a medida que avanza el verano (Agosto-Septiembre) y según la potencia del huracán, pueden llegar a los estados centrales de EE.UU e incluso a los más norteños de la costa atlántica y avanzar continente adentro. Al final de la temporada, cuando el agua se comienza a enfriar otra vez, los huracanes se forman nuevamente en el Caribe y el Golfo.

En el Océano Pacífico, debido a la corriente fría de Humboldt, la temperatura del agua rara vez excede los 27ºC, de manera que los huracanes no son frecuentes.

La ‘Corriente del Niño’, que aumenta la temperatura oceánica puede constituir una excepción. El desplazamiento hacia el Oeste (por la rotación de la Tierra, como ya mencionamos) de los huracanes disminuye aún más las probabilidades de que alguno llegue a las costas de Chile, Perú o Ecuador. Mucho más probable, es que se originen más al Norte y se desplacen hacia Asia afectando a Japón, Hong Kong, Filipinas, etc.

Los tornados

La palabra ‘tornado’ proviene del latín tonare, que significa ‘girar’. Un tornado es un fenómeno meteorológico violento e impredecible, caracterizado por vientos que giran desde una formación nubosa densa en forma de embudo. Esta formación es visible por la presencia de polvo que es succionado de la tierra y por la condensación en su centro gotas de agua.

El ancho de un tornado puede variar desde unos treinta centímetros hasta casi un par de kilómetros. No se conoce con exactitud la velocidad a la que el viento se mueve en su interior, pero se estima que puede alcanzar los 500 km/h. No es extraño, entonces, que a tal velocidad pueda arrastrar árboles, automóviles, casas. etc. Afortunadamente, sólo el 2% de los tornados sobrepasan los 300 km/h.

La mayoría de los tornados mide alrededor de los 50 metros de ancho, viajan a 50 km/h y duran sólo unos pocos minutos.

Formación de un Tornado:

Los Tornados se originan en las paredes de un huracán, debido a que se confrontan dos fuerzas opuestas: la fuerza centrífuga del viento que gira circularmente (debido a la influencia del movimiento de rotación de la tierra y a la tendencia física que tienen líquidos y gases a formar estas especies de remolinos al estar sometidos a ‘turbulencias’) y la fuerza de succión que ésta origina aspirando el aire caliente y haciéndolo subir hasta zonas más frías donde, al enfriarse, genera mayor succión y ‘tiraje’ que perpetúan el fenómeno. Estas masas de aire rotando se denominan, en lenguaje técnico, mesociclones.

Una explicación más técnica del fenómeno, recientemente obtenida después de monitorear varios tornados, está dada por el hecho constante de que, al menos en los tornados de EE.UU., coincidían siempre tres tipos de vientos. Un viento a ras del suelo, que provenía del sudeste, otro viento a unos 800 m de altura, proveniente del sur, y un tercer viento sobre los 1.600 m que provenía del suroeste. Al enfrentarse estas fuerzas comenzaba la rotación del aire.

Al enfriarse el aire en las zonas más altas se originan nubes con cargas electrostáticas que producen gran cantidad de truenos y relámpagos, sin estar forzosamente en relación con la magnitud del tornado. Esta frialdad del agua puede también producir enormes granizos en la vecindad del tornado, lo que debe ser un signo de alerta.

No siempre es visible el típico ’embudo’ giratorio, formado por polvo, agua y nubes, pudiendo existir una formación más atípica que es igualmente destructora.

Esta rotación (llamada ciclónica, que significa giratoria), ocurre en sentido contrario a las agujas del reloj (vista desde arriba) en el hemisferio norte – EE.UU., India, Bangladesh) y a favor de ellos en el hemisferio sur.